Si tu objeto es el de amar,
no abras las puertas de tu hogar
a quien veas sobre luz caminar
y no desees sus pasos acompañar.
No llenes tu casa de adornos innecesarios que quieran distraer su andar.
Entonces síguelo dejando pasar,
y cierra tus puertas ante el deseo de su luz querer decantar.
Más si es el deseo tu ego alimentar, busca la manera de su atención provocar,
dulces manjares las palabras podrán significar,
como suaves dagas podrán funcionar,
e imperceptibles ante los jueces
serán.
Hilarante discurso rítmico acabas de escuchar,
y es que prefiero no escribir
cuando a riesgo estoy de sucumbir,
y mis palabras puedan matar
o lesionar de gravedad.
Acabo de poner el punto final.
Ya no miraré para atrás nunca más.
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