Mi alma y yo

Aquí
a manos tuyas
bajo la lluvia
he de morirme
en la distancia.

Aquí
mientras escucho
el canto quedo
de los sapos
taciturnos.

Aquí
donde me pesan
agobiantes
las horas
que se fueron.

Aquí
donde el llanto
ya no existe
ni en la más
doliente sombra.

Aquí
que con razón
hizo raiz
la nostalgia
de las noches.

Aquí
donde el vino
deja saber
de qué está
hecho.

Aquí
que está
desierto el trino
reluciente
de mis aves.

Aquí
donde se esconden
cada tarde
los motivos
que me hieren.

Aquí
en la guarida
emocional
de la laboriosa
costumbre de los días.

Aquí
que sobran
ajenas las sonrisas,
las dulces danzas
y los gavilanes.

Aquí
fue donde
vinimos
mi alma y yo
a decirte adiós.

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