Hay ciertas cosas que parece que se las comiera el mundo, porque a los ojos parecen ser invisibles, parecen estar reservadas bajo telones, conservadas en las mieles del tiempo y a la espera de ser halladas, leídas, tomadas. Todo es cuestión de despertar a los sentidos haciendo pausa en la vida de las cosas.
Categoría: Reflexiones de media noche
Inexplicable
Los árboles
Distanciamientos
Algunos distanciamientos pueden ser ante los ojos de muchos incomprensibles, para la boca de los que se van, inexplicables, y para la sensatez simplemente necesarios. Algunos distanciamientos no son producto de las diferencias, que no existen, pues son solamente invenciones de la irrealidad humana. Algunos distanciamientos obedecen simplemente a los dictámenes del corazón. Pueden deberse… Sigue leyendo Distanciamientos
Asombro
Espejito, espejito… Dime cuál es mi camino
El espejo puede ser en ocasiones, ventana a dimensiones interiores. Pues no se tiene forma de elegir, Lo que la mirada puede predecir. La linda tarea de detallar, lo que está bien, o que está mal. Reconocer la humanidad en un reflejo, Es de pocos privilegio, Nos deja ver en cada línea de expresión, Lo… Sigue leyendo Espejito, espejito… Dime cuál es mi camino
Lo que no existe
El tiempo no existe, vamos de adelante hacia atrás y retornamos, siendo mucho más que un plano cartesiano, porque la energía es tan libre como la existencia misma, da botes, se retuerce, da brinquitos y gira en una danza calculada que le permite inventarse de mil formas dentro de cualquier precioso instante.
Una confesión, solo una.
Padeces de la misma inexperiencia que yo en ese entonces, La que me hizo actuar impulsivamente, Como si pudiera tomar el mundo a dos manos, La que me hizo olvidar quien era, olvidarme del mundo, Solo por perseguir la rebeldía sin sentido de una ilusión, Que con el tiempo se quedó siendo no más que… Sigue leyendo Una confesión, solo una.
El final
Sinceridad
Los cambios emocionales son propios de la humanidad porque están en nuestra naturaleza. Mal haría yo en juzgar la astucia de un tigre o la pasión de un caballo. Lo único que añoro es sinceridad, porque las palabras duelen y sobre todo las que no se dicen. No soy de piedra.