Aún recuerdo tu nariz húmeda estrellándose con la mía en las mañanas, diciéndome que era tiempo de vivir. Recuerdo tus precipitadas carreras por toda la casa, como un caballito desbocado que nunca quiere ser alcanzado por la falta de ilusión. Recuerdo tu mirada extasiada en mis palabras cuando yo decidía hablar acerca de las cosas… Sigue leyendo Carta al cielo