Poemas

Palabra de asesino

Yo la maté, no había otra forma de alejarnos. Desgarré por completo sus entrañas sin permitir que quedara sombra de duda.

No había otra forma diferente de hacer que me concibiera como el ser más ruin del mundo entero.

Lo hice sin pensar, porque entonces no habría sido capaz de hacerlo. Simplemente me dejé llevar por el impulso loco de quien no desea más que la muerte, la suya y la del otro.

Aunque pensándolo bien, si lo pensé, y lo hice tan desgraciadamente bien que el plan me salió a la perfección. Cada maldito detalle, cada pieza, cada estocada, cada momento del plan… lo pensé con detenimiento. Hasta el momento final cuando extraía su corazón con mi mano izquierda, y fui capaz de quedarme mirándola a los ojos mientras su alma se desangraba de tristeza y decepción. Y mi mirada llana que la transparentaba, plena de satisfacción mental, se regodeaba en su dolor.

Todo estaba calculado.

Doy mi palabra que no había otra forma de matarnos para siempre.

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